lunes, 9 de agosto de 2021

APUNTES DE SIGMUND FREUD

 

17° CONFERENCIA – EL SENTIDO DE LOS SÍNTOMAS

 

El psicoanálisis pudo comprobar que el síntoma es rico en sentido y que se entrama con la vida del enfermo, un nexo con la vida de las personas que los exhiben. El sentido de los síntomas fue descubierto por Breuer, mediante un estudio de un caso de histeria.

La llamada Neurosis Obsesiva se porta como un asunto privado del enfermo, creando todos sus síntomas en el ámbito del alma. Sobre cuyo estudio comienza a construirse el psicoanálisis.

¿Cómo se exterioriza?--> Los enfermos son ocupados por pensamientos que en verdad no le interesan, sintiendo en su interior impulsos que les son extraños y realizan acciones cuya ejecución no les provoca ningún tipo de contento, pero que les es imposible no realizarlas. Esos pensamientos son representaciones obsesivas pueden ser disparatados para el enfermo y hasta indiferentes. Son repeticiones, rituales de la vida cotidiana. Puede desplazar su obsesión pero no suprimirla.

El síntoma puede ser una repetición de alguna escena significativa. El análisis inocente de alguna acción obsesiva, lleva al núcleo más íntimo de un caso clínico.

Lo que enferma es una fantasía que la persona construye de un hecho real. Es un trauma psíquico. Una fobia reprimida en el inconsciente. La vida psíquica es el eje, todo lo que aparece en la conciencia obedece a la lógica del inconsciente.

El síntoma es una satisfacción sustitutiva de la sexualidad infantil. Está relacionado con la primera infancia y queda reprimido en el inconsciente. Hay que descubrir lo que está oculto para descubrir el verdadero sentido del síntoma.

El objeto de estudio es el aparato psíquico inconsciente y su finalidad es hacer consciente lo inconsciente.

Freud afirma que cualquier parte del cuerpo es capaz de sentir placer sexual, que no sea en su zona genital zona erógena.

 

20° CONFERENCIA. LA VIDA SEXUAL DE LOS SERES HUMANOS.

 

1) Perversiones sexuales.

 

Los perversos hacen con su objeto sexual más o menos lo mismo que los normales con el suyo. Pero sigue luego una larga serie de anormales cuyas prácticas sexuales se apartan cada vez más de lo que un hombre dotado de razón considera apetecible. Los dividimos en dos grupos:

a) Los que mudaron el objeto sexual: renunciaron a la unión de dos genitales y en el acto sexual lo sustituyen, con un compañero, por otra parte o región del cuerpo; al hacerlo se sobrepone a la falta del dispositivo orgánico y al impedimento del asco. Después siguen otros para los que cuentan los genitales, mas no a causa de sus funciones sexuales, sino de otras en las que participan por razones anatómicas y motivos de proximidad. Otros, todavía, han resignado enteramente como objeto los genitales, elevando en su reemplazo otra parte del cuerpo a condición de objetor anhelado (pecho, pie). Después están los que no interesan por una parte del cuerpo, una pieza de indumentaria llena todos sus deseos. Por último, las personas que reclaman el objeto total, pero le hacen determinadas demandas, raras u horrendas.

b) Los que mudaron la meta sexual: establecieron como meta lo que por lo general es preliminar al cato sexual. Son las personas que anhelan mirar y palpar. Después siguen los sádicos, cuya aspiración tierna no conoce otra meta que infligir dolores y martirizar a su objeto. Los masoquistas, cuyo único placer es soportar de su objeto amado toda clase de humillaciones y martirios, tanto en forma simbólica como real. Y otros todavía, en quienes varias de estas condiciones se unen y entrelazan; y por último, cada uno de estos grupos existen de dos maneras: los que buscan su satisfacción en la realidad, y otros que se contentan con imaginarse esa satisfacción; a estos no les hace falta ningún objeto de la realidad, sino que pueden sustituirlo con la fantasía.

Los que se autodenominan homosexuales, no son sino los invertidos concientes y manifiestos, cuyo número palidece frente al de los homosexuales latentes.

 

2) Síntoma neurótico como satisfacción sexual sustitutiva.

Las neurosis histéricas puede hacer sus síntomas en todos los sistemas de órganos y, por esa vía, perturbar todas sus funciones. El análisis muestra que en ello encuentran exteorización todas las mociones llamadas perversas que quieren sustituir los genitales por otros órganos. Estos se comportan como genitales sustitutivos; en los órganos del cuerpo, se reconoce además de papel funcional, una signifación sexual. Sensaciones e inervaciones que se encuentran como síntomas en los órganos, son cumplimientos de mociones pulsionales sexuales perversas, con relación a las cuales otros órganos han atraído sobre si el significado de las partes genitales.

Entre los cuadros sintomáticos en que aparece la neurosis obsesiva, los más importantes se revelan como nacidos de la presión de unas mociones sexuales sádicas hiperintensas, perversas en su meta; según cuadra a la estructura de una neurosis obsesiva, los síntomas sirven para defenderse contra esos deseos que expresan la lucha entre la satisfacción y la defensa. Pero tampoco la satisfacción se queda corta; sabe imponerse en la conducta de los enfermos mediante unos rodeos y, se vuelven contra la persona propia, se trueca en auto mortificación.

Es cierto que el estorbo de una satisfacción normal o su privación en la vida real hace salir a luz inclinaciones perversas en personas que nunca las habían exhibido, es preciso suponer en estas algo que contrarrestaba esas perversiones; tiene que haber preexistido en ellas de forma latente.

 

3) Infantilismo en la vida sexual.

Todas las inclinaciones perversas arraigan en la infancia; los niños tiene toda la disposición a ellas y la ponen en práctica en una medida que corresponde a su inmadurez. La sexualidad perversa no es otra cosa que la sexualidad infantil aumentada y descompuesta en sus mociones singulares.

 

Al igual que el hambre, la libido está destinada a nombrar la fuerza en la cual se exterioriza la pulsión; en este caso es la pulsión sexual. Las primeras mociones de la sexualidad aparecen en el lactante apuntaladas en otras funciones importantes de la vida. El lactante quiere repetir la acción de alimento, pero no está bajo el impulso de hambre. Chupetea, en esta nueva acción también se adormece con expresión beatifica, y nos muestra que le ha dado satisfacción. Así el lactante ejecuta acción cuyo propósito es la ganancia de placer. Vivencia ese placer a raíz de la recepción de alimento, pero después aprende a separarlo de esa condición. A zona de la boca y de los labios podemos referir esa ganancia de placer; son llamadas zonas erógenas a esas partes del cuerpo y designamos sexual al placer alcanzado mediante el chupeteo.

Con el chupeteo satisface dos grandes necesidades vitales. Este acto conserva grande importancia psíquica durante toda la existencia. Es resignado por el lactante (el mamar del pecho materno) en la actividad de chupeteo, y sustituirlo por una parte del cuerpo propio. El niño se chupa el pulgar, chupa su propia lengua. Por esa vía se independiza del mundo exterior en cuanto a la ganancia de placer, además le suma excitación de una segunda zona erógena.

El lactante tiene sensaciones placenteras cuando vacía su vejiga y sus intestinos, y después organiza esas acciones de tal manera que le procuren la máxima ganancia de placer posible mediante las correspondientes excitaciones de las zonas erógenas de la mucosas. El mundo exterior se le enfrenta por primera vez como un poder inhibidor, hostil a sus aspiraciones de placer; y así vislumbra las luchas externas e internas que librara después. Debe intercambiar placer por dignidad social. La usa como un primer regalo para distinguir a personas a quienes aprecia particularmente.

La vida sexual del niño se agota en la práctica de una serie de pulsiones parciales que, independientemente unas de otras, buscan ganar placer en parte del cuerpo propio, en parte ya en el objeto exterior.

La investigación sexual infantil empieza muy temprano, a menudo antes del tercer año de vida. No arranca de la diferencia de sexos, que nada significa para el niño, pues atribuye a ambos idénticos genitales, los masculinos. Si después el varón descubre la vagina, primero intenta desmentir el testimonio, no puede existir alguien que no posea esa parte que el tanto aprecia. Así cae bajo el complejo de castración. La niña a causa de la falta de pene se siente perjudicada; envidia al varón tal pertenencia y por ese motivo, luego desarrolla el deseo de ser hombre, que se retomara mas tarde en la neurosis sobrevenida a causa de un fracaso de su función en la función femenina. En la infancia el clítoris de la niña desempeña el papel del pene.

El interés sexual del niño se dirige primero, a saber de dónde vienen los bebes.

 

21° CONFERENCIA. DESARROLLO LiBIDINAL Y ORGANIZACIONES SEXUALES.

 

1) Sexualidad normal, perversa e infantil.

 

a) Sexualidad normal: Posee rasgos perversos, el besar que consiste en la unión de dos zonas bucales erógenas en lugar de los genitales. La meta de la sexualidad “normal” es la reproducción.

 

b) Sexualidad perversa: No consiste en la trasgresión de la meta sexual, ni en la sustitución de los genitales, ni en la variación de objeto, sino en que algunas desviaciones se consumaron, dejando de lado el acto sexual al servicio de la reproducción. La sexualidad perversa es centrada, todas las acciones hacia una meta y una pulsión parcial tiene primacía: o es la única que podemos notar o ha sometido a las otras a su propósito.

La diferencia entre la sexualidad normal y la perversa es la diversidad de las pulsiones parciales dominantes y, las metas sexuales.

 

c) Sexualidad infantil: Las pulsiones parciales tiene iguales derechos y cada una persigue por cuenta propia el logro del placer.

Infantilismo de la vida sexual: Hay una semejanza entre la sexualidad perversa y la infantil, numerosas pulsiones parciales han impuesto sus metas con independencia unas de otras.

 

2) Fases del desarrollo libidinal: Tenemos la fase pre genital (oral, sádico-anal y fálica) todas las pulsiones de aspiran al placer de órgano.

 

a) Oral: La zona erógena, la boca desempeña el papel principal. *La práctica sexual de esta fase es el chupeteo. *El primer objeto de los componentes orales de la pulsión sexual es el pecho materno, que satisface la necesidad de nutrición del lactante. En el acto de chupeteo se vuelven autónomos los componentes eróticos que se satisfacen juntamente al mamar; el objeto se abandona y se sustituye por un lugar del propio cuerpo. La pulsion oral se vuelve auto erótica. El resto del desarrollo tiene dos metas: abandonar el autoerotismo, permutar un objeto del cuerpo propio por uno ajeno; y unificar los diferentes objetos de las pulsiones singulares y sustituirlos por un objeto único.

 

b) Sádico-anal: En primer plano tenemos las pulsiones sádico-anales.

*No existe diferencia entre masculino y femenino, ocupa su lugar la oposición activo y pasivo. *Existe una pulsión de apoderamiento que desborda hacia lo cruel. *Aspiraciones de meta pasiva se anudan a la zona erógena del orificio anal. *La pulsión de ver y la pulsión de ver se despierta con fuerza; los genitales tienen el papel de órgano para la excreción de la orina.

 

Cuando en la infancia, antes de que advenga el periodo de latencia, el proceso ha alcanzado un cierto cierre, el objeto hallado resulta ser casi idéntico al primer objeto de la pulsión placentera oral, ganado por apuntalamiento. La madre es el primer objeto de amor. Para la época en que la madre deviene objeto de amor ya ha empezado en el niño el trabajo psíquico de la represión, que sustrae de su saber el conocimiento de una parte de sus metas sexuales. A esta elección de la madre como objeto de amor se anudo todo lo que en esclarecimiento psa de las neurosis ha adquirido gran importancia, el complejo de Edipo.

 

c) Genital, fálica: las pulsiones se subordinan a los genitales y la sexualidad se somete a la reproducción.

 

3) Complejo de Edipo: En la época de la elección de objeto se ve que le varón quiere tener a la madre para él solo, siente como si le molestara la presencia del padre. A su vez el niño da muestras de ternura hacia el padre.

En el caso de la nena, tiene una actitud tierna hacia el padre, y la necesidad de eliminar a la madre y ocupar su lugar.

En ambos casos pueden tomar a una hermana o hermano como sustituto de la madre o del padre. La primera elección de objeto es incestuosa.

En la época de la pubertad, cuando la pulsión sexual plantea sus exigencias por primera vez en toda su fuerza, los viejos objetos familiares e incestuosos sean retomados e investidos libidinosamente. Se despliegan procesos de afecto muy intensos, que permanecen alejados de la conciencia. De esta época en adelante el ser humano tiene que consagrarse a la tarea de desasirse de sus padres, de esta forma ser un miembro de la comunidad social. La tarea consiste en desasir de su madre o padre sus deseos libidinosos para emplearlo en una elección de un objeto de amor ajeno, real y reconciliarse con su madre o padre.

 

26° CONFERENCIA. LA TEORIA DE LA LIBIDO Y EL NARCISISMO.

 

Si existe una fijación así de la libido al propio cuerpo y en la persona propia, en vez de la fijación en objeto; este narcisismo es el estado universal y originario a partir del cual después se formo el amor de objeto, sin que desapareciera el narcisismo. Las pulsiones sexuales se satisfacen primero en el propio cuerpo y esta capacidad para el autoerotismo es la base que permite el retraso de la sexualidad en el proceso de educarse en el principio de realidad. El autoerotismo era la práctica sexual del estadio narcisista de colocación de la libido.

Diferencia narcisismo y egoísmo: El narcisismo es el complemento libidinoso del egoísmo. Cuando se habla de egoísmo se tiene en vista la utilidad del individuo; cuando se mienta el narcisismo, se toma en cuenta también su satisfacción libidinal. Se puede ser absolutamente egoísta y, mantener fuertes investiduras libidinosas del objeto, en la medida en que la satisfacción libidinosa se cuente entre las necesidades del yo; el egoísmo cuidara después que la aspiración al objeto no triga perjuicios al yo. Se puede ser egoísta y al mismo tiempo ser extremadamente narcisista, tener una escasa necesidad de objeto, y en ello la satisfacción sexual directa, o derivada de la necesidad de lo que solemos llamar amor por oposición a sensualidad. El egoísmo es lo obvio lo constante, y el narcisismo es el elemento variable.

 

Tres estados anímicos:

a) Dormir: Es un estado en el cual todas las investiduras de objeto, las libidinosas y las egoístas, son resignadas y retiradas al interior del yo. En el durmiente se restableció el estado originario de la distribución de la libido, al narcisismo pleno, en el cual libido e interés yoico moran todavía unidos e inseparables en el interior del yo que se contentan a sí mismo.

b) Enamoramiento: El altruismo coincide con la investidura libidinosa de objeto. El objeto sexual atrae sobre si, una parte del narcisismo del yo. Si se produce una trasmisión altruista del egoísmo al objeto sexual, este devora al yo.

c) Enfermedad orgánica o dolor: Tiene un desamiento de la libido respecto de sus objetos. La libido se encuentra en el interior del yo como una investidura reforzada de la parte enferma del cuerpo. En la hipocondría, un órgano atrae al yo, sin que para nuestra percepción este enfermo.

 

Neurosis de transferencia: (Histeria, neurosis obsesiva, etc.…)

Retorno de lo reprimido: la libido que no es colocada en los objetos, sino que se queda en la fantasía,

La libido se ve impedida de satisfacción, esa libido no va al yo se queda en los objetos de la fantasía. Cuando la libido de objeto se encuentra en el interior del yo no es patógena. La libido que no encuentra el camino de regreso hacia los objetos, la libido convertida en narcisista, es lo que pasa a ser patógeno. En las neurosis narcisistas, el proceso de desasirse a la libido de los objetos, se le bloquea el camino de regreso, se aproxima a una represión. En las neurosis de transferencia se diferencia de las neurosis narcisistas por una diversidad en la disposición. El desarrollo libidinal tiene su punto débil de una fase diversa; la fijación decisiva era la que permitía la irrupción hasta la formación de síntoma, se sitúa en otra parte, en el estadio primitivo de narcisismo. En las neurosis narcisistas la fijación de la libido se remonta a fases anteriores del desarrollo que en el caso de las neurosis de transferencia.

 

Neurosis narcisistas:

Posee dos clases de síntomas, los síntomas silenciosos los de la enfermedad propiamente dicha (fantasía del fin de mundo – megalomanía), y los síntomas ruidosos, son intentos de curación, de volver a colocar la libido en los objetos. (Delirios – alucinaciones). Retorno de lo reprimido: Cuando en estas neurosis la libido no puede poner la libido a la fantasía, como en las neurosis de transferencia, la libido vuelve al momento de fijación

a) El cuadro clínico de la dementia precox, es muy cambiante, no se define exclusivamente por los síntomas que nacen del esfuerzo por alejarse a la libido de los objetos y por acumularla en el interior del yo en calidad de libido narcisista. Ocupan espacio otros fenómenos que remiten al afán de la libido por alcanzar de nuevos los objetos, y que responden a un intento de curación. Estos síntomas son los más llamativos; muestran semejanza con los de la histeria o con los de la neurosis obsesiva. En la dementia precox la libido se empeña por regresar hacia los objetos, atrapara algo de ellos en su sombra, son las representaciones-palabra los que le corresponden.

b) El delirio de grandeza, es la consecuencia directa de un aumento del yo por recogimiento de las investiduras libidinosas de objeto, un narcisismo secundario como retorno del narcisismo de la primera infancia.

c) El delirio de persecución, el perseguidor era del mismo sexo que el perseguido. La persona del mismo sexo, mas amada en épocas normales se transformaba en perseguidor después de contraer la enfermedad. La persona amada es sustituida por otra, según afinidades notorias, el padre lo es por el maestro, por el jefe, etc.… El delirio de persecución es la forma en que el individuo se defiende de una moción homosexual que se ha vuelto hiperintensa. La mudanza de amor en odio, puede volverse una amenaza para la vida del objeto amado y odiado, corresponde entonces a la trasposición de mociones libidinosas en angustia, que es resultado de la represión.

d) La Melancolía, los auto reproches con que los melancólicos se martirizan están dirigidos a otra persona, a otro objeto sexual a quien han perdido o se les ha desvalorizado por culpa de ella. Retiraron su libido de objeto por un proceso llamado identificación narcisista, lo han proyectado el objeto sobre el yo. El yo propio es tratado como lo sería el objeto resignado y sufre todas las agresiones y manifestaciones de venganza que estaban destinadas a aquel. Se da una ambivalencia, sentimientos opuestos hacia un mismo objeto, sentimientos de ternura y hostilidad.

- La elección homosexual de objeto esta más cerca del narcisismo que la heterosexual. La elección de objeto, el progreso en el desarrollo libidinal que se efectúa tras el estadio narcisista, puede producirse según dos diversos tipo: i) el tipo narcisista, en que el yo propio es reemplazado por otro que se le parece ii) el tipo de apuntalamiento, en el que han adquirido valor por haber satisfecho las otras necesidades de la vida son escogidas como objetos también por la libido.

- Respuesta al tratamiento psicoanalítico: En el caso de las neurosis de transferencia, se posibilita la transferencia, la libido puede ser colocada en la persona del médico. En el caso de las neurosis narcisistas no tiene posibilidad de transferencia, tratan al médico con indiferencia, no pueden libidinzar a la persona del médico.

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