17° CONFERENCIA – EL SENTIDO
DE LOS SÍNTOMAS
El psicoanálisis pudo
comprobar que el síntoma es rico en sentido y que se entrama con la vida del
enfermo, un nexo con la vida de las personas que los exhiben. El sentido de los
síntomas fue descubierto por Breuer, mediante un estudio de un caso de histeria.
La llamada Neurosis Obsesiva
se porta como un asunto privado del enfermo, creando todos sus síntomas en el
ámbito del alma. Sobre cuyo estudio comienza a construirse el psicoanálisis.
¿Cómo se exterioriza?-->
Los enfermos son ocupados por pensamientos que en verdad no le interesan,
sintiendo en su interior impulsos que les son extraños y realizan acciones cuya
ejecución no les provoca ningún tipo de contento, pero que les es imposible no
realizarlas. Esos pensamientos son representaciones obsesivas pueden ser
disparatados para el enfermo y hasta indiferentes. Son repeticiones, rituales
de la vida cotidiana. Puede desplazar su obsesión pero no suprimirla.
El síntoma puede ser una
repetición de alguna escena significativa. El análisis inocente de alguna acción
obsesiva, lleva al núcleo más íntimo de un caso clínico.
Lo que enferma es una
fantasía que la persona construye de un hecho real. Es un trauma psíquico. Una
fobia reprimida en el inconsciente. La vida psíquica es el eje, todo lo que
aparece en la conciencia obedece a la lógica del inconsciente.
El síntoma es una
satisfacción sustitutiva de la sexualidad infantil. Está relacionado con la
primera infancia y queda reprimido en el inconsciente. Hay que descubrir lo que
está oculto para descubrir el verdadero sentido del síntoma.
El objeto de estudio es el
aparato psíquico inconsciente y su finalidad es hacer consciente lo
inconsciente.
Freud afirma que cualquier
parte del cuerpo es capaz de sentir placer sexual, que no sea en su zona
genital zona erógena.
20° CONFERENCIA. LA VIDA
SEXUAL DE LOS SERES HUMANOS.
1) Perversiones sexuales.
Los perversos hacen con su
objeto sexual más o menos lo mismo que los normales con el suyo. Pero sigue
luego una larga serie de anormales cuyas prácticas sexuales se apartan cada vez
más de lo que un hombre dotado de razón considera apetecible. Los dividimos en
dos grupos:
a) Los que mudaron el objeto
sexual: renunciaron a la unión de dos genitales y en el acto sexual lo
sustituyen, con un compañero, por otra parte o región del cuerpo; al hacerlo se
sobrepone a la falta del dispositivo orgánico y al impedimento del asco.
Después siguen otros para los que cuentan los genitales, mas no a causa de sus
funciones sexuales, sino de otras en las que participan por razones anatómicas
y motivos de proximidad. Otros, todavía, han resignado enteramente como objeto
los genitales, elevando en su reemplazo otra parte del cuerpo a condición de
objetor anhelado (pecho, pie). Después están los que no interesan por una parte
del cuerpo, una pieza de indumentaria llena todos sus deseos. Por último, las
personas que reclaman el objeto total, pero le hacen determinadas demandas,
raras u horrendas.
b) Los que mudaron la meta
sexual: establecieron como meta lo que por lo general es preliminar al cato
sexual. Son las personas que anhelan mirar y palpar. Después siguen los
sádicos, cuya aspiración tierna no conoce otra meta que infligir dolores y
martirizar a su objeto. Los masoquistas, cuyo único placer es soportar de su
objeto amado toda clase de humillaciones y martirios, tanto en forma simbólica
como real. Y otros todavía, en quienes varias de estas condiciones se unen y
entrelazan; y por último, cada uno de estos grupos existen de dos maneras: los
que buscan su satisfacción en la realidad, y otros que se contentan con
imaginarse esa satisfacción; a estos no les hace falta ningún objeto de la
realidad, sino que pueden sustituirlo con la fantasía.
Los que se autodenominan
homosexuales, no son sino los invertidos concientes y manifiestos, cuyo número
palidece frente al de los homosexuales latentes.
2) Síntoma neurótico como
satisfacción sexual sustitutiva.
Las neurosis histéricas
puede hacer sus síntomas en todos los sistemas de órganos y, por esa vía,
perturbar todas sus funciones. El análisis muestra que en ello encuentran
exteorización todas las mociones llamadas perversas que quieren sustituir los
genitales por otros órganos. Estos se comportan como genitales sustitutivos; en
los órganos del cuerpo, se reconoce además de papel funcional, una signifación
sexual. Sensaciones e inervaciones que se encuentran como síntomas en los
órganos, son cumplimientos de mociones pulsionales sexuales perversas, con
relación a las cuales otros órganos han atraído sobre si el significado de las
partes genitales.
Entre los cuadros
sintomáticos en que aparece la neurosis obsesiva, los más importantes se
revelan como nacidos de la presión de unas mociones sexuales sádicas
hiperintensas, perversas en su meta; según cuadra a la estructura de una
neurosis obsesiva, los síntomas sirven para defenderse contra esos deseos que
expresan la lucha entre la satisfacción y la defensa. Pero tampoco la
satisfacción se queda corta; sabe imponerse en la conducta de los enfermos
mediante unos rodeos y, se vuelven contra la persona propia, se trueca en auto
mortificación.
Es cierto que el estorbo de
una satisfacción normal o su privación en la vida real hace salir a luz
inclinaciones perversas en personas que nunca las habían exhibido, es preciso
suponer en estas algo que contrarrestaba esas perversiones; tiene que haber
preexistido en ellas de forma latente.
3) Infantilismo en la vida
sexual.
Todas las inclinaciones
perversas arraigan en la infancia; los niños tiene toda la disposición a ellas
y la ponen en práctica en una medida que corresponde a su inmadurez. La
sexualidad perversa no es otra cosa que la sexualidad infantil aumentada y
descompuesta en sus mociones singulares.
Al igual que el hambre, la
libido está destinada a nombrar la fuerza en la cual se exterioriza la pulsión;
en este caso es la pulsión sexual. Las primeras mociones de la sexualidad
aparecen en el lactante apuntaladas en otras funciones importantes de la vida.
El lactante quiere repetir la acción de alimento, pero no está bajo el impulso
de hambre. Chupetea, en esta nueva acción también se adormece con expresión
beatifica, y nos muestra que le ha dado satisfacción. Así el lactante ejecuta
acción cuyo propósito es la ganancia de placer. Vivencia ese placer a raíz de
la recepción de alimento, pero después aprende a separarlo de esa condición. A
zona de la boca y de los labios podemos referir esa ganancia de placer; son
llamadas zonas erógenas a esas partes del cuerpo y designamos sexual al placer
alcanzado mediante el chupeteo.
Con el chupeteo satisface
dos grandes necesidades vitales. Este acto conserva grande importancia psíquica
durante toda la existencia. Es resignado por el lactante (el mamar del pecho
materno) en la actividad de chupeteo, y sustituirlo por una parte del cuerpo
propio. El niño se chupa el pulgar, chupa su propia lengua. Por esa vía se
independiza del mundo exterior en cuanto a la ganancia de placer, además le
suma excitación de una segunda zona erógena.
El lactante tiene
sensaciones placenteras cuando vacía su vejiga y sus intestinos, y después
organiza esas acciones de tal manera que le procuren la máxima ganancia de
placer posible mediante las correspondientes excitaciones de las zonas erógenas
de la mucosas. El mundo exterior se le enfrenta por primera vez como un poder
inhibidor, hostil a sus aspiraciones de placer; y así vislumbra las luchas
externas e internas que librara después. Debe intercambiar placer por dignidad
social. La usa como un primer regalo para distinguir a personas a quienes
aprecia particularmente.
La vida sexual del niño se
agota en la práctica de una serie de pulsiones parciales que,
independientemente unas de otras, buscan ganar placer en parte del cuerpo
propio, en parte ya en el objeto exterior.
La investigación sexual
infantil empieza muy temprano, a menudo antes del tercer año de vida. No
arranca de la diferencia de sexos, que nada significa para el niño, pues
atribuye a ambos idénticos genitales, los masculinos. Si después el varón
descubre la vagina, primero intenta desmentir el testimonio, no puede existir
alguien que no posea esa parte que el tanto aprecia. Así cae bajo el complejo
de castración. La niña a causa de la falta de pene se siente perjudicada;
envidia al varón tal pertenencia y por ese motivo, luego desarrolla el deseo de
ser hombre, que se retomara mas tarde en la neurosis sobrevenida a causa de un
fracaso de su función en la función femenina. En la infancia el clítoris de la
niña desempeña el papel del pene.
El interés sexual del niño
se dirige primero, a saber de dónde vienen los bebes.
21° CONFERENCIA. DESARROLLO
LiBIDINAL Y ORGANIZACIONES SEXUALES.
1) Sexualidad normal,
perversa e infantil.
a) Sexualidad normal: Posee
rasgos perversos, el besar que consiste en la unión de dos zonas bucales
erógenas en lugar de los genitales. La meta de la sexualidad “normal” es la
reproducción.
b) Sexualidad perversa: No
consiste en la trasgresión de la meta sexual, ni en la sustitución de los
genitales, ni en la variación de objeto, sino en que algunas desviaciones se
consumaron, dejando de lado el acto sexual al servicio de la reproducción. La
sexualidad perversa es centrada, todas las acciones hacia una meta y una
pulsión parcial tiene primacía: o es la única que podemos notar o ha sometido a
las otras a su propósito.
La diferencia entre la
sexualidad normal y la perversa es la diversidad de las pulsiones parciales
dominantes y, las metas sexuales.
c) Sexualidad infantil: Las
pulsiones parciales tiene iguales derechos y cada una persigue por cuenta
propia el logro del placer.
Infantilismo de la vida
sexual: Hay una semejanza entre la sexualidad perversa y la infantil, numerosas
pulsiones parciales han impuesto sus metas con independencia unas de otras.
2) Fases del desarrollo
libidinal: Tenemos la fase pre genital (oral, sádico-anal y fálica) todas las
pulsiones de aspiran al placer de órgano.
a) Oral: La zona erógena, la
boca desempeña el papel principal. *La práctica sexual de esta fase es el
chupeteo. *El primer objeto de los componentes orales de la pulsión sexual es
el pecho materno, que satisface la necesidad de nutrición del lactante. En el
acto de chupeteo se vuelven autónomos los componentes eróticos que se
satisfacen juntamente al mamar; el objeto se abandona y se sustituye por un
lugar del propio cuerpo. La pulsion oral se vuelve auto erótica. El resto del
desarrollo tiene dos metas: abandonar el autoerotismo, permutar un objeto del
cuerpo propio por uno ajeno; y unificar los diferentes objetos de las pulsiones
singulares y sustituirlos por un objeto único.
b) Sádico-anal: En primer
plano tenemos las pulsiones sádico-anales.
*No existe diferencia entre
masculino y femenino, ocupa su lugar la oposición activo y pasivo. *Existe una
pulsión de apoderamiento que desborda hacia lo cruel. *Aspiraciones de meta
pasiva se anudan a la zona erógena del orificio anal. *La pulsión de ver y la
pulsión de ver se despierta con fuerza; los genitales tienen el papel de órgano
para la excreción de la orina.
Cuando en la infancia, antes
de que advenga el periodo de latencia, el proceso ha alcanzado un cierto
cierre, el objeto hallado resulta ser casi idéntico al primer objeto de la
pulsión placentera oral, ganado por apuntalamiento. La madre es el primer
objeto de amor. Para la época en que la madre deviene objeto de amor ya ha
empezado en el niño el trabajo psíquico de la represión, que sustrae de su
saber el conocimiento de una parte de sus metas sexuales. A esta elección de la
madre como objeto de amor se anudo todo lo que en esclarecimiento psa de las
neurosis ha adquirido gran importancia, el complejo de Edipo.
c) Genital, fálica: las
pulsiones se subordinan a los genitales y la sexualidad se somete a la
reproducción.
3) Complejo de Edipo: En la
época de la elección de objeto se ve que le varón quiere tener a la madre para
él solo, siente como si le molestara la presencia del padre. A su vez el niño
da muestras de ternura hacia el padre.
En el caso de la nena, tiene
una actitud tierna hacia el padre, y la necesidad de eliminar a la madre y
ocupar su lugar.
En ambos casos pueden tomar
a una hermana o hermano como sustituto de la madre o del padre. La primera
elección de objeto es incestuosa.
En la época de la pubertad,
cuando la pulsión sexual plantea sus exigencias por primera vez en toda su
fuerza, los viejos objetos familiares e incestuosos sean retomados e investidos
libidinosamente. Se despliegan procesos de afecto muy intensos, que permanecen
alejados de la conciencia. De esta época en adelante el ser humano tiene que
consagrarse a la tarea de desasirse de sus padres, de esta forma ser un miembro
de la comunidad social. La tarea consiste en desasir de su madre o padre sus
deseos libidinosos para emplearlo en una elección de un objeto de amor ajeno,
real y reconciliarse con su madre o padre.
26° CONFERENCIA. LA TEORIA
DE LA LIBIDO Y EL NARCISISMO.
Si existe una fijación así
de la libido al propio cuerpo y en la persona propia, en vez de la fijación en
objeto; este narcisismo es el estado universal y originario a partir del cual
después se formo el amor de objeto, sin que desapareciera el narcisismo. Las
pulsiones sexuales se satisfacen primero en el propio cuerpo y esta capacidad
para el autoerotismo es la base que permite el retraso de la sexualidad en el
proceso de educarse en el principio de realidad. El autoerotismo era la
práctica sexual del estadio narcisista de colocación de la libido.
Diferencia narcisismo y
egoísmo: El narcisismo es el complemento libidinoso del egoísmo. Cuando se
habla de egoísmo se tiene en vista la utilidad del individuo; cuando se mienta
el narcisismo, se toma en cuenta también su satisfacción libidinal. Se puede
ser absolutamente egoísta y, mantener fuertes investiduras libidinosas del
objeto, en la medida en que la satisfacción libidinosa se cuente entre las
necesidades del yo; el egoísmo cuidara después que la aspiración al objeto no
triga perjuicios al yo. Se puede ser egoísta y al mismo tiempo ser
extremadamente narcisista, tener una escasa necesidad de objeto, y en ello la
satisfacción sexual directa, o derivada de la necesidad de lo que solemos
llamar amor por oposición a sensualidad. El egoísmo es lo obvio lo constante, y
el narcisismo es el elemento variable.
Tres estados anímicos:
a) Dormir: Es un estado en
el cual todas las investiduras de objeto, las libidinosas y las egoístas, son
resignadas y retiradas al interior del yo. En el durmiente se restableció el
estado originario de la distribución de la libido, al narcisismo pleno, en el
cual libido e interés yoico moran todavía unidos e inseparables en el interior
del yo que se contentan a sí mismo.
b) Enamoramiento: El
altruismo coincide con la investidura libidinosa de objeto. El objeto sexual
atrae sobre si, una parte del narcisismo del yo. Si se produce una trasmisión
altruista del egoísmo al objeto sexual, este devora al yo.
c) Enfermedad orgánica o
dolor: Tiene un desamiento de la libido respecto de sus objetos. La libido se
encuentra en el interior del yo como una investidura reforzada de la parte
enferma del cuerpo. En la hipocondría, un órgano atrae al yo, sin que para
nuestra percepción este enfermo.
Neurosis de transferencia:
(Histeria, neurosis obsesiva, etc.…)
Retorno de lo reprimido: la
libido que no es colocada en los objetos, sino que se queda en la fantasía,
La libido se ve impedida de
satisfacción, esa libido no va al yo se queda en los objetos de la fantasía.
Cuando la libido de objeto se encuentra en el interior del yo no es patógena.
La libido que no encuentra el camino de regreso hacia los objetos, la libido
convertida en narcisista, es lo que pasa a ser patógeno. En las neurosis
narcisistas, el proceso de desasirse a la libido de los objetos, se le bloquea
el camino de regreso, se aproxima a una represión. En las neurosis de
transferencia se diferencia de las neurosis narcisistas por una diversidad en
la disposición. El desarrollo libidinal tiene su punto débil de una fase
diversa; la fijación decisiva era la que permitía la irrupción hasta la
formación de síntoma, se sitúa en otra parte, en el estadio primitivo de
narcisismo. En las neurosis narcisistas la fijación de la libido se remonta a
fases anteriores del desarrollo que en el caso de las neurosis de
transferencia.
Neurosis narcisistas:
Posee dos clases de
síntomas, los síntomas silenciosos los de la enfermedad propiamente dicha
(fantasía del fin de mundo – megalomanía), y los síntomas ruidosos, son
intentos de curación, de volver a colocar la libido en los objetos. (Delirios –
alucinaciones). Retorno de lo reprimido: Cuando en estas neurosis la libido no
puede poner la libido a la fantasía, como en las neurosis de transferencia, la
libido vuelve al momento de fijación
a) El cuadro clínico de la
dementia precox, es muy cambiante, no se define exclusivamente por los síntomas
que nacen del esfuerzo por alejarse a la libido de los objetos y por acumularla
en el interior del yo en calidad de libido narcisista. Ocupan espacio otros
fenómenos que remiten al afán de la libido por alcanzar de nuevos los objetos,
y que responden a un intento de curación. Estos síntomas son los más
llamativos; muestran semejanza con los de la histeria o con los de la neurosis
obsesiva. En la dementia precox la libido se empeña por regresar hacia los
objetos, atrapara algo de ellos en su sombra, son las representaciones-palabra
los que le corresponden.
b) El delirio de grandeza,
es la consecuencia directa de un aumento del yo por recogimiento de las investiduras
libidinosas de objeto, un narcisismo secundario como retorno del narcisismo de
la primera infancia.
c) El delirio de
persecución, el perseguidor era del mismo sexo que el perseguido. La persona
del mismo sexo, mas amada en épocas normales se transformaba en perseguidor
después de contraer la enfermedad. La persona amada es sustituida por otra,
según afinidades notorias, el padre lo es por el maestro, por el jefe, etc.… El
delirio de persecución es la forma en que el individuo se defiende de una
moción homosexual que se ha vuelto hiperintensa. La mudanza de amor en odio,
puede volverse una amenaza para la vida del objeto amado y odiado, corresponde
entonces a la trasposición de mociones libidinosas en angustia, que es
resultado de la represión.
d) La Melancolía, los auto
reproches con que los melancólicos se martirizan están dirigidos a otra
persona, a otro objeto sexual a quien han perdido o se les ha desvalorizado por
culpa de ella. Retiraron su libido de objeto por un proceso llamado identificación
narcisista, lo han proyectado el objeto sobre el yo. El yo propio es tratado
como lo sería el objeto resignado y sufre todas las agresiones y
manifestaciones de venganza que estaban destinadas a aquel. Se da una
ambivalencia, sentimientos opuestos hacia un mismo objeto, sentimientos de
ternura y hostilidad.
- La elección homosexual de
objeto esta más cerca del narcisismo que la heterosexual. La elección de
objeto, el progreso en el desarrollo libidinal que se efectúa tras el estadio
narcisista, puede producirse según dos diversos tipo: i) el tipo narcisista, en
que el yo propio es reemplazado por otro que se le parece ii) el tipo de
apuntalamiento, en el que han adquirido valor por haber satisfecho las otras
necesidades de la vida son escogidas como objetos también por la libido.
- Respuesta al tratamiento
psicoanalítico: En el caso de las neurosis de transferencia, se posibilita la
transferencia, la libido puede ser colocada en la persona del médico. En el
caso de las neurosis narcisistas no tiene posibilidad de transferencia, tratan
al médico con indiferencia, no pueden libidinzar a la persona del médico.
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