"EL Doctor Schreber"
1-
Historial clínico:
1884
- Primera enfermedad. Estado de Hipocondría
1885
- se recupera. Convive con su mujer. No pueden tener hijos.
1893
- (Junio) Se lo nombra presidente del Superior Tribunal de Dresde.
· En
el intervalo tiene algunos sueños de que la enfermedad reaparece.
· En
un estado de dormir y vigilia: “La representación de lo hermosísimo que es sin
duda ser una mujer sometida al acoplamiento.”
En
Octubre asume el cargo. A fines de octubre surge la segunda enfermedad.
Síntomas
de la segunda enfermedad:
·
Ideas hipocondríacas. (destrucción de diferentes partes del cuerpo) Es inmortal
mientras siga siendo hombre.
·
Redoblamiento del cerebro.
·
Ideas de persecución.
·
Ideas delirantes (carácter mítico y religioso)
·
Insultaba a las personas por las cuales se sentía perseguido y perjudicado,
sobre todo a su médico anterior Flechsig, lo llamaba "almicida" (Asesino de Almas)
1894
- Paso a otro asilo. El director era Weber.
1902
- Se levanta la incapacidad.
Descripción
del contenido delirante:
El
paciente se consideraba llamado a redimir el mundo y devolverle la
bienaventuranza pérdida. Pero cree que solo lo conseguirá luego de ser mudado
de hombre a mujer.
En
esta misión suya redentora, lo esencial es que primero tiene que producirse su
mudanza en mujer. No es que el quiera mudarse en mujer , más bien se trata de
un tener que ser fundado en el orden del universo, y al que no puede
sustraerse, aunque en lo personal habría preferido mucho mas permanecer en su
honorable posición viril en su vida.
El
paciente informa que ya han pasado a su cuerpo unos nervios femeninos, de los
cuales, por fecundación directa de Dios, saldrán hombres nuevos. Solo entonces
podrá morir de muerte natural y conseguirla bienaventuranza como los demás
seres.
El
psicoanalista trae la conjetura de que aun formaciones de pensamiento tan
extravagantes se han originado en las mociones más universales y comprensibles
de la vida anímica. Por eso busca conocer los motivos y caminos de esa
transformación.
El
médico destaca dos puntos: el papel redentor y la mudanza en mujer. Es tentador
suponer que la ambición de hacer el papel de redentor seria lo pulsionador en
este complejo delirante, y la emasculación no podría reclamar otro significado
que el de un medio para ese fin. El estudio de las memorias nos impone una
concepción diversa. Nos enteramos de que la mudanza en mujer (emasculación) fue
el delirio primario, juzgado al comienzo como un acto de grave daño y de
persecución, y que solo tardíamente entro en relación con el papel de redentor.
Un delirio de persecución sexual se transformó en el paciente en el delirio
religioso de grandeza. Inicialmente hacia el papel de perseguidor el medico
(Flechsig), mas tarde Dios mismo ocupo ese lugar.
La
relación del enfermo con Dios
Schreber
había sido en sus días sanos un incrédulo en asuntos de religión, no había
podido abrazar una fe sólida en la existencia de un Dios. A lo largo de todo el
libro se extiende la acusación de que Dios, acostumbrado solo al trato con los
muertos, no comprende a los hombres vivos.
La
enfermedad es concebida como una lucha del hombre Schreber contra Dios, en la
cual sale triunfador el hombre porque tiene de su parte el orden del universo.
Schreber seria el hijo de dios, llamado a salvar al mundo de su miseria.
Para
Schreber la bienaventuranza es la vida en el mas allá a que es elevada el alma
humana mediante la purgación tras la muerte.
Resumen de la alteración Patológica:(siguiendo las dos direcciones de su delirio)
Antes
era alguien inclinado a la renuncia de los placeres sexuales, y no creía en la
existencia de Dios; discurrida la enfermedad fue un creyente en Dios. Pero así
como su recuperada fe en Dios era de raro índole, también la pieza de goce
sexual que se había conquistado presentaba un carácter harto insólito. No era
ya una libertad sexual masculina, sino un sentimiento sexual femenino frente a
Dios.
Si
nos acordamos del sueño que tuvo en el periodo de incubación de su enfermedad
se vuelve evidente que el delirio de mudanza en mujer no es más que la
realización de dicho contenido onírico. En aquel tiempo se había revuelto con
viril indignación contra ese sueño, y de igual modo se defendió de el al
comienzo, durante la enfermedad; veía la mudanza en mujer como una irrisión a
que lo condenaban con un propósito hostil. Pero llego un momento en que empezó
a reconciliarse con esa mudanza y la conecto con unos propósitos superiores de
Dios.
2-
“Intentos de interpretación”
RELACION
DE SCHREBER CON FLECHSIG: Al comienzo el caso Schreber llevaba el sello de
delirio de persecución que se borra a partir de la reconciliación. La relación
del enfermo con su perseguidor se puede resolver mediante una fórmula: la
persona a quien el delirio atribuye un poder y un influjo tan grandes es la
misma que antes de contraerse la enfermedad poseía una significación de similar
cuantía para la vida de sentimientos del paciente, o una persona sustitutiva de
ella, fácilmente reconocible. Sostenemos que la intencionalidad del sentimiento
es proyectada como un poder exterior, el tono del sentimiento es mudado hacia
lo contrario y que la persona ahora odiada y temida a causa de su persecución
es alguien que alguna vez fue amado y venerado.
Como
sabemos en el periodo de incubación de la enfermedad tuvo un sueño de retorno
de la enfermedad. Podemos inferir que con el recuerdo de la enfermedad despertó
también el médico y que el sueño tuvo un sentido de añoranza “me gustaría
volver a ver a Flechsig”. Se le instaló enseguida un rechazo de esa fantasía
femenina. En su lugar el paciente temía un abuso sexual de su médico. Un avance
de libido homosexual fue entonces el ocasionamiento de esta afección. Un
notable detalle del historial es decisivo para la ulterior trayectoria y ocurre
cuando en el medio del nombramiento y la Asunción del cargo la esposa se va de
viaje. Cuando esta vuelve lo encuentra alterado. El vínculo con su esposa lo
protegía de la homosexualidad, del deseo que sentía por los hombres que lo rodeaban.
Hay otro factor que podría entrar en cuenta y es el hecho de que no podían
tener hijos. Esto se relaciona con el delirio de que Dios lo va a fecundar.
Tiene
que haber algo más que una sensación de simpatía hacia un medico que pueda
estallar en un hombre 8 años después y convertirse en la ocasión de una
perturbación mental tan grave. Nos es difícil que la sensación de simpatía
hacia el médico procediera de un proceso de transferencia, por lo cual una
investidura de sentimiento es trasladada de una persona para el sustantivo a la
del médico, de modo que este es un sustituto de alguien mucho más próximo al
enfermo. El médico le ha hecho recordar a la esencia de su hermano o de su
padre.
La
ocasión de la enfermedad fue entonces la emergencia de una fantasía de deseo
femenina (homosexual pasiva) cuyo objeto era la persona del médico. La
personalidad del enfermo le contrapuso una intensa resistencia, o la lucha
defensiva escogió la forma de un delirio de persecución. El ansiado devino
entonces perseguidor y el contenido del deseo de la fantasía paso a ser el de
la persecución. Lo que singulariza al caso Schreber es el desarrollo que cobró y la mudanza que sufrió en el curso de ese desarrollo. Uno de esos cambios
consiste en la sustitución de Flechsig por la persona superior de Dios. Ello
prepara el segundo cambio y, así, la solución del conflicto. Si era
insoportable avenirse al papel de la mujerzuela frente al médico, la tarea de
ofrecer al propio Dios la voluptuosidad que busca no tropieza con igual resistencia
del yo. La castración deja de ser insultante ya que deviene acorde al orden del
universo. El yo es resarcido por la manía de grandeza y la fantasía de deseo
femenina se ha abierto paso, ha sido afectada.
Si
el perseguidor Flechsig fue antaño una persona amada, tampoco Dios es más que el
retorno de otra persona amada pero más sustantiva. Esa otra persona no puede
ser más que el padre con lo cual Flechsig es forzado hacia el papel del hermano.
Para
que la introducción del padre en el delirio de Schreber nos parezca justificada
hay que tener en cuenta los rarísimos rasgos que se hallaron en el Dios del
enfermo y en la relación entre estos. Era la mas asombrosa crítica blasfema y
rebeldía con respetuosa devoción: Dios no era capaz de aprender por experiencia,
no conocía a los hombres vivos porque solo sabia tratar con cadáveres.
El
padre de Schreber era un medico muy importante, un padre así no era por cierto
inapropiado para ser transfigurado en Dios en el recuerdo tierno del hijo, de
quien fue arrebatado tan temprano por la muerte. Conocemos con exactitud la
postura del varón frente a su padre; contiene la misma alianza entre sumisión
respetuosa y rebelión que hemos hallado en la relación de Schreber con Dios.
También
el caso Schreber nos muestra el terreno del complejo paterno. Conflicto
infantil con el padre amado. En estas vivencias infantiles el padre aparece
como perturbador de la satisfacción buscada por el niño. En el desenlace del
delirio, la fantasía sexual infantil celebra un triunfo grandioso; la
voluptuosidad misma es dictada por el temor de Dios, y Dios mismo (padre) no
deja de exigírsela al enfermo. La más temida amenaza del padre, la castración,
ha prestado su material a la fantasía de deseo de la mudanza en mujer,
combatida primero y aceptada después.
La
fantasía de deseo se entrama con una frustración, una privación en la vida real
y objetiva. Schreber nos confiesa una privación así, su matrimonio no le dio
hijos, sobre todo un varón que lo habría compensado por la pérdida del padre y
del hermano y hacia quien pudiera afluir la ternura homosexual manifiesta.
Acaso
el doctor Schreber forjó la fantasía de que si él fuera mujer seria más apto
para tener hijos, y así halo el camino para resituarse en la postura femenina
frente al padre de la primera infancia. Entonces el posterior delirio según el
cual por su castración el mundo se poblaría de “hombres nuevos de espíritu
Schreberiano”, estaba destinado a remediar su falta de hijos.
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