viernes, 27 de mayo de 2022

 

Para F.C.M. mi gran amor

¿No es acaso con el enfrentamiento a este impasse a esta imposibilidad con la que se define algo real, como se pone a prueba el amor? De la pareja, el amor sólo puede realizar lo que llamé, usando de cierta poesía, para que me entendieran, valentía ante fatal destino. Lacan

 

Entre un hombre y una mujer está un abismo, un muro, lo cual nos menciona que las parejas por antonomasia estamos condenados al fracaso, a lo no comprensión, a no entender el deseo del otro, mientras la mujer no sabe por qué el hombre “miente”, el hombre pensará que su mujer anda con alguien más, esto podría ser el enredo de la subjetividad que llevan a las personas a la imposibilidad del encuentro, lo cual quiere decir, que en un principio esa es nuestra condición de sujetos, uno no puede arreglárselas con el otro, no se puede, es un castigo, una burla para ese Otro que juega con nuestros deseos, un SER despiado y cruel, esa es nuestra estirpe, nuestra barradura, lo que no puede reincorporarse jamás, ese objeto está muerto, perdido, la tumba de Dios siemrpe estuvo vacía. No hay reparación, resureccion, no hay sanación, a lo sumo, tragedia y después contundentemente Lacan mencionará comedia.  Déjenme burlarme un poquito dirá la vida, a jugar con los espejismos, con los engaños, cuando las máscaras se retiran. Con aquello que no hay nada de nada, el otro en fin sin otro, al sinsentido, y lo absurdo de la vida.

“El amor es imposible, la relación sexual se abisma en el sinsentido” Lacan nos recuerda

ese miedo a perder, el problema como Lacan lo menciona es el lenguaje y su sexualidad, es que ahí eso no en-caja, mientras que el lenguaje determina los vacíos que cada uno tiene, y que no puede saciar, porque su inconsciente le engaña, todo el tiempo eludimos un deseo que empuja y que tenemos miedo conseguirlo, lo cual cada quien, desea diferente, el deseo no se puede compartir, si no de quienes  desea está claro que el deseo se pierde dirá Freud, en cuanto a la sexualidad, cada uno goza de manera diferente, como bien sabemos en la literatura las grandes historias de amor siempre terminan mal, “Romeo y Julieta”, “Hamlet e Isabel”, a lo banal “Nodal y Belinda”, Amber Heard y Johnny Depp y basta para conocer las historias de aquellos que nos rodean, incluso nosotros, por eso nadie escribe más que su propio síntoma, esto marca la impotencia, de aquello que no puede escribir, de esa historia que no puede terminarse, a la disparidad entre las personas, ya sea hombre, hombre, mujer, mujer, lo que sea eso no marcha, es en tanto sujetos y objetos, deseantes y amados, dependiendo del lugar que cada uno se posicione, ya señalar la condición de lo distinto, mientras uno busca como deseante el objeto que tiene el otro, ese brillo, ese “algo” eso que busca que posibilite mi complemento, mientras que el otro intenta dar lo que no sabe que tiene, pero simula tenerlo, tengo “algo” pero no sé que tengo, pero tengo.

“El amor es dar lo que no se tiene, y sólo puede amar el que no tiene, incluso aunque tenga. El amor como respuesta implica el dominio del no-tener. Dar lo que se tiene, es la fiesta, no es el amor.”

 

Entonces ahí viene el problema de todo, con nuestros síntomas, con nuestro malestares, con nuestros miedos, celos, envidias, nuestros exilios, porque no podemos saber que busca el otro, ese laberinto de la soledad que Octavio Paz nos ha mencionado y que tenemos que pasar forzosamente para después salir de ese laberinto y encontrar lo cruel que es la vida, que no es más que la vida, encuentros y desencuentros. El filósofo y psicoanalista Slavoj Zizek de manera provocativa marca la diferencia, con el cuento de hadas de una rana abrazando una botella de cerveza, mientras uno quiere saber sobre si la chica tiene cachero, o tanga,  para el hombre eso le genera obtener un placer a partir de gozar del cuerpo de la mujer, “un plus de goce”, lo que hará de la mujer un objeto de placer, gozar de sus pechos, nalgas, de su cuerpo, intenta recortar el cuerpo de la mujer, lo que comprende, gozar en solitario, esto generará desplazar a la mujer de la relación sexual, porque generará una división en ella, ya que ella no está dentro de la fantasía (fantasma) del hombre, fragmenta el cuerpo de la mujer, lo cual habrá separación, el sexo siempre separa, más que unir el cuerpo con el otro lo aleja. En cuanto a la mujer, ella está regida por el amor, mientras el otro busca el objeto, ella se posiciona como objeto, es una forma de semblante, usurpa un lugar, ¿para qué? para buscar amor, ella lo que quiere, es ser amada, como Lacan lo menciona, “Ella quiere ser amada, al mismo tiempo que deseada”, para la mujer, lo que busca es el amor, el amor, el amor, el amor, el amor, por eso estamos en ese momento en un abismo, en el pozo, en ese muro. cuando Georges Bataille nos menciona en su libro “Erotismo” nos presentaba esa escena del encuentro con el otro, esa disyuntiva del encuentro, desencuentro, continuidad, discontinuidad, vida y muerte, esa ruptura, ese abismo que hay entre las personas, se disipan en el encuentro con el otro, en el acto sexual, el coito, donde los cuerpos se disipan, se fusionan, entran en comunión, ese instante que se hace eterno en el instante, ¿pero no acaso esto es insuficiente para reparar la rasgadura de nuestro propio vacío? Me parece que no podemos encontrarnos con el otro, ya que el otro, siempre está ausente, por más que estemos con una persona nunca habrá algo que nos diga, de eso, o nos de garantía de que gozamos, o de que esa persona fue nuestra, eso que buscamos en el otro no se quedará registrado sexualmente en nuestra psique, al menos en ese gozo, es inefable, y tembloroso, ¿Cómo entonces asir el cuerpo del otro?, siempre se diluye, esto hace que no funcione.   A la “No Relación Sexual” que nos menciona Lacan, es decir, no hay complementariedad es los sujetos, esto es a lo que ya conocemos, o al menos creemos saber ¿Cómo entonces puede tener algo de algo en ese otro que se pierde en cada momento que quiero estar con él? Me parece que la respuesta aunque no correcta es el amor, el amor posibilita el encuentro con el otro, como les mencioné, donde cada uno tiene un deseo y sueño diferente, sólo con el amor posibilita ese engaño de completud, borrar lo diferente del otro, por eso nos quedamos mucho tiempo con aquella persona, nunca vemos su diferencia, y nosotros sucumbimos ante nuestro deseo, es decir, por ella mi deseo queda eliminado, no se quiere gozar, ni desear en otro lado, porque creo que ella o él, es lo que amo, el amor es el mal, porque te atrapa, te encierra y nunca te deja libre, como lo menciona Nietzsche “toda persona es una cárcel y también es un rincón”. el enamoramiento lo explica muy bien, enamora- miento, el sujeto se engaña, es un espejismo, el otro es mi espejo y sólo amo mi propia imagen, esto denota lo narcisistas que somos ya que el otro es como yo, por eso lo amo, y entonces me amo, el amor posibilita en el exilio el encuentro que uno no quiere saber de eso, pero que al mismo tiempo regresamos, y nos perdemos, y lloramos, nos escondemos, pero al mismo tiempo no podemos, el amor hace que uno haga locuras, lo- curas y llamamos al amor como lo menciona Jaime Sabines, cuando dos personas están solas, el cuerpo enferma, no puede estar, hay un mal- estar, y entonces recurrimos a aquella persona para que nos cure, nos repare, repare la rasgadura, los rotos que estamos, porque le tenemos miedo al universo, al devenir, a lo sucesivo, porque ella es mi falo, lo único que se puede pensar es solamente en ella, lo demás es irrelevante, ni mi familia, ni mis estudios, mis cosas, son tan importante como lo es esa persona a la que amamos, curioso que cuando amamos tiene que presentar la ausencia que nos cal-come, nos hiere, nos aniquila, ¿Cómo puedo sentir mejor a mi amado cuando este ya no está?, es decir, el amor surge de la pérdida, de la ausencia, y la memoria están potente que los recuerdos se hacen presentes, todo el tiempo nos atormentan y no podemos más que mantener el cuerpo erguido, pero la espera se hace infinita, el amor conjunta, une a los contrarios, y los hace creer que son el uno para el otro, es tan potente que engaña a los dioses, creer que el otro hará lo que Dios le diga, lo cual eso jamás será, no hay respuesta del otro, el amor y la espera infernal, con sus demanda infinita, el amor con el dolor que rompe el cuerpo y los despedaza, ni paz, ni tranquilidad, ni sueños ni estar despiertos ante la vida, en amor nubla, y hace de uno un ciego, porque no queremos ver lo que es el otro, amamos el dolor, pero también amamos que nos amen, que nos sanen, Lacan es un loco porque no cree en el amor, pero creo que el amor en un instante es bastante para retener a ese persona que se ama, aunque eso no dure, aunque uno se marchite, aunque uno llame, porque el amor es lo único que tenemos, nos hace creer que se puede, porque es en el instante que se posibilita el encuentro, y darme el abrazo que se necesita para seguir, porque la vida es dolorosa, ¿no acaso el amor es lo único que tenemos para vivir? ¿No el amor permite no morir? Bueno me parece que la única manera que ese abismo que hay entre las personas, ese muro que tenemos siempre, y en la cual debemos de reconocer se elimina con el amor, porque amor lo puede todo, porque el amor hace que las personas se queden juntas, que las rupturas y los odios se disipen, porque el amor hace que me encuentre con el otro, para que pueda siempre mirarme en otro lado, pero siempre verme en los otros, porque si no fuera así jamás nos enamoraríamos de las personas, porque el otro, el otro, es aquel en la cual me reconozco, "El mundo cambia si dos se miran y se reconocen" dice Octavio Paz.  y entonces existo y vivo.

 

Marco Canales

  

Lacan y la Poesía

 

En psicoanálisis sabemos que el sujeto está constituido por una falta, es un sujeto dividido como lo expresa Lacan, atravesado por la palabra, hablar es manifestar la falta, una falta que siempre estará presente en toda nuestra existencia, esto quiere decir, que no habrá ningún objeto que pueda disipar tal condición, estamos condenados a estar solos en este mundo - inmundo y es algo que debemos de confrontar, ese corte producido por la renuncia de nuestro primer objeto de amor (la madre) esa ruptura que se instaura por la presencia del otro, hay ausencia porque hubo presencia, y esa falta se instaura a partir de que esa presencia se manifestó, por eso el niño experimenta, la primera angustia, cuando la madre se retira, entonces el niño empieza a llorar, las lágrimas marcan la impotencia del ser humano, es pues la herida, la cicatriz de mi historia, esto no es ajeno en los adultos cuando lloramos, porque no tenemos lo que queremos, el hombre se encuentra con ese imposible y enferma, los poetas, los escritores, literatos son como niños que nombran en todo momento ese imposible, lo enmascaran con sus palabras más hermosas que pueden hallar, pero al mismo tiempo se quiebran, somos como niños que buscamos que regrese ese pecho mágico y puede calmar ese dolor de nuestra existencia, la escritura, sostiene, de-tiene, permite que el otro no caiga en el abismo, en el vacío, porque la falta no aparece. La poesía marca esta condición del sujeto, la vulnerabilidad, lo frágiles que somos, hacer de ese Dios hombre, un ser finito, ese ser arrogante, un ser débil y frágil, esa demanda de amor que siempre estará en cada instante, lo cual nos denota que tenemos que romper con ese narcisismo absurdo que no sirve para la vida, si quieres tener un amor menos tonto, debes de ser humilde, dar la falta, castrarte, la vida nos enseña lo frágiles que somos, lo rotos y heridos, que estamos…aunque eso se torne insoportable de sostener…


Marco Canales