Para F.C.M. mi gran amor
¿No es acaso con el
enfrentamiento a este impasse a esta imposibilidad con la que se define algo
real, como se pone a prueba el amor? De la pareja, el amor sólo puede realizar
lo que llamé, usando de cierta poesía, para que me entendieran, valentía ante fatal
destino. Lacan
Entre un hombre y una mujer está
un abismo, un muro, lo cual nos menciona que las parejas por antonomasia estamos
condenados al fracaso, a lo no comprensión, a no entender el deseo del otro,
mientras la mujer no sabe por qué el hombre “miente”, el hombre pensará que su
mujer anda con alguien más, esto podría ser el enredo de la subjetividad que
llevan a las personas a la imposibilidad del encuentro, lo cual quiere decir,
que en un principio esa es nuestra condición de sujetos, uno no puede arreglárselas
con el otro, no se puede, es un castigo, una burla para ese Otro que juega con
nuestros deseos, un SER despiado y cruel, esa es nuestra estirpe, nuestra
barradura, lo que no puede reincorporarse jamás, ese objeto está muerto, perdido,
la tumba de Dios siemrpe estuvo vacía. No hay reparación, resureccion, no hay sanación,
a lo sumo, tragedia y después contundentemente Lacan mencionará comedia. Déjenme burlarme un poquito dirá la vida, a
jugar con los espejismos, con los engaños, cuando las máscaras se retiran. Con aquello
que no hay nada de nada, el otro en fin sin otro, al sinsentido, y lo absurdo
de la vida.
“El amor es imposible, la
relación sexual se abisma en el sinsentido” Lacan nos recuerda
ese miedo a perder, el problema
como Lacan lo menciona es el lenguaje y su sexualidad, es que ahí eso no
en-caja, mientras que el lenguaje determina los vacíos que cada uno tiene, y
que no puede saciar, porque su inconsciente le engaña, todo el tiempo eludimos
un deseo que empuja y que tenemos miedo conseguirlo, lo cual cada quien, desea
diferente, el deseo no se puede compartir, si no de quienes desea está claro que el deseo se pierde dirá
Freud, en cuanto a la sexualidad, cada uno goza de manera diferente, como bien
sabemos en la literatura las grandes historias de amor siempre terminan mal, “Romeo
y Julieta”, “Hamlet e Isabel”, a lo banal “Nodal y Belinda”, Amber Heard y
Johnny Depp y basta para conocer las historias de aquellos que nos rodean,
incluso nosotros, por eso nadie escribe más que su propio síntoma, esto marca
la impotencia, de aquello que no puede escribir, de esa historia que no puede
terminarse, a la disparidad entre las personas, ya sea hombre, hombre, mujer,
mujer, lo que sea eso no marcha, es en tanto sujetos y objetos, deseantes y
amados, dependiendo del lugar que cada uno se posicione, ya señalar la condición
de lo distinto, mientras uno busca como deseante el objeto que tiene el otro,
ese brillo, ese “algo” eso que busca que posibilite mi complemento, mientras
que el otro intenta dar lo que no sabe que tiene, pero simula tenerlo, tengo “algo”
pero no sé que tengo, pero tengo.
“El amor es dar lo que no se
tiene, y sólo puede amar el que no tiene, incluso aunque tenga. El amor como
respuesta implica el dominio del no-tener. Dar lo que se tiene, es la fiesta,
no es el amor.”
Entonces ahí viene el
problema de todo, con nuestros síntomas, con nuestro malestares, con nuestros
miedos, celos, envidias, nuestros exilios, porque no podemos saber que busca el
otro, ese laberinto de la soledad que Octavio Paz nos ha mencionado y que
tenemos que pasar forzosamente para después salir de ese laberinto y encontrar
lo cruel que es la vida, que no es más que la vida, encuentros y desencuentros.
El filósofo y psicoanalista Slavoj Zizek de manera provocativa marca la
diferencia, con el cuento de hadas de una rana abrazando una botella de
cerveza, mientras uno quiere saber sobre si la chica tiene cachero, o
tanga, para el hombre eso le genera
obtener un placer a partir de gozar del cuerpo de la mujer, “un plus de goce”, lo
que hará de la mujer un objeto de placer, gozar de sus pechos, nalgas, de su
cuerpo, intenta recortar el cuerpo de la mujer, lo que comprende, gozar en
solitario, esto generará desplazar a la mujer de la relación sexual, porque generará
una división en ella, ya que ella no está dentro de la fantasía (fantasma) del
hombre, fragmenta el cuerpo de la mujer, lo cual habrá separación, el sexo
siempre separa, más que unir el cuerpo con el otro lo aleja. En cuanto a la
mujer, ella está regida por el amor, mientras el otro busca el objeto, ella se posiciona
como objeto, es una forma de semblante, usurpa un lugar, ¿para qué? para buscar
amor, ella lo que quiere, es ser amada, como Lacan lo menciona, “Ella quiere
ser amada, al mismo tiempo que deseada”, para la mujer, lo que busca es el amor,
el amor, el amor, el amor, el amor, por eso estamos en ese momento en un
abismo, en el pozo, en ese muro. cuando Georges Bataille nos menciona en su
libro “Erotismo” nos presentaba esa escena del encuentro con el otro, esa disyuntiva
del encuentro, desencuentro, continuidad, discontinuidad, vida y muerte, esa
ruptura, ese abismo que hay entre las personas, se disipan en el encuentro con
el otro, en el acto sexual, el coito, donde los cuerpos se disipan, se
fusionan, entran en comunión, ese instante que se hace eterno en el instante,
¿pero no acaso esto es insuficiente para reparar la rasgadura de nuestro propio
vacío? Me parece que no podemos encontrarnos con el otro, ya que el otro, siempre
está ausente, por más que estemos con una persona nunca habrá algo que nos
diga, de eso, o nos de garantía de que gozamos, o de que esa persona fue
nuestra, eso que buscamos en el otro no se quedará registrado sexualmente en
nuestra psique, al menos en ese gozo, es inefable, y tembloroso, ¿Cómo entonces
asir el cuerpo del otro?, siempre se diluye, esto hace que no funcione. A la “No
Relación Sexual” que nos menciona Lacan, es decir, no hay complementariedad es
los sujetos, esto es a lo que ya conocemos, o al menos creemos saber ¿Cómo entonces
puede tener algo de algo en ese otro que se pierde en cada momento que quiero
estar con él? Me parece que la respuesta aunque no correcta es el amor, el amor
posibilita el encuentro con el otro, como les mencioné, donde cada uno tiene un
deseo y sueño diferente, sólo con el amor posibilita ese engaño de completud,
borrar lo diferente del otro, por eso nos quedamos mucho tiempo con aquella
persona, nunca vemos su diferencia, y nosotros sucumbimos ante nuestro deseo,
es decir, por ella mi deseo queda eliminado, no se quiere gozar, ni desear en
otro lado, porque creo que ella o él, es lo que amo, el amor es el mal, porque
te atrapa, te encierra y nunca te deja libre, como lo menciona Nietzsche “toda
persona es una cárcel y también es un rincón”. el enamoramiento lo explica muy
bien, enamora- miento, el sujeto se engaña, es un espejismo, el otro es mi
espejo y sólo amo mi propia imagen, esto denota lo narcisistas que somos ya que
el otro es como yo, por eso lo amo, y entonces me amo, el amor posibilita en el
exilio el encuentro que uno no quiere saber de eso, pero que al mismo tiempo
regresamos, y nos perdemos, y lloramos, nos escondemos, pero al mismo tiempo no
podemos, el amor hace que uno haga locuras, lo- curas y llamamos al amor como
lo menciona Jaime Sabines, cuando dos personas están solas, el cuerpo enferma,
no puede estar, hay un mal- estar, y entonces recurrimos a aquella persona para
que nos cure, nos repare, repare la rasgadura, los rotos que estamos, porque le
tenemos miedo al universo, al devenir, a lo sucesivo, porque ella es mi falo,
lo único que se puede pensar es solamente en ella, lo demás es irrelevante, ni
mi familia, ni mis estudios, mis cosas, son tan importante como lo es esa
persona a la que amamos, curioso que cuando amamos tiene que presentar la
ausencia que nos cal-come, nos hiere, nos aniquila, ¿Cómo puedo sentir mejor a
mi amado cuando este ya no está?, es decir, el amor surge de la pérdida, de la
ausencia, y la memoria están potente que los recuerdos se hacen presentes, todo
el tiempo nos atormentan y no podemos más que mantener el cuerpo erguido, pero
la espera se hace infinita, el amor conjunta, une a los contrarios, y los hace
creer que son el uno para el otro, es tan potente que engaña a los dioses,
creer que el otro hará lo que Dios le diga, lo cual eso jamás será, no hay
respuesta del otro, el amor y la espera infernal, con sus demanda infinita, el
amor con el dolor que rompe el cuerpo y los despedaza, ni paz, ni tranquilidad,
ni sueños ni estar despiertos ante la vida, en amor nubla, y hace de uno un
ciego, porque no queremos ver lo que es el otro, amamos el dolor, pero también amamos
que nos amen, que nos sanen, Lacan es un loco porque no cree en el amor, pero
creo que el amor en un instante es bastante para retener a ese persona que se
ama, aunque eso no dure, aunque uno se marchite, aunque uno llame, porque el
amor es lo único que tenemos, nos hace creer que se puede, porque es en el
instante que se posibilita el encuentro, y darme el abrazo que se necesita para
seguir, porque la vida es dolorosa, ¿no acaso el amor es lo único que tenemos
para vivir? ¿No el amor permite no morir? Bueno me parece que la única manera
que ese abismo que hay entre las personas, ese muro que tenemos siempre, y en
la cual debemos de reconocer se elimina con el amor, porque amor lo puede todo,
porque el amor hace que las personas se queden juntas, que las rupturas y los
odios se disipen, porque el amor hace que me encuentre con el otro, para que
pueda siempre mirarme en otro lado, pero siempre verme en los otros, porque si
no fuera así jamás nos enamoraríamos de las personas, porque el otro, el otro,
es aquel en la cual me reconozco, "El mundo cambia si dos
se miran y se reconocen" dice Octavio Paz. y entonces existo y vivo.
Marco Canales