Colette
Soler. Lo que Lacan dijo de las mujeres. Paidós. (Pág.75-76)
La
posición mujer es distinta. Lacan la define de manera opuesta. Ya evoqué la
interpretación que hace del deseo femenino, en su texto de 1958, respondiendo a
la famosa pregunta de Freud: "¿Qué quiere la mujer?". La respuesta,
en resumen, podría formularse así: quiere gozar. No solamente eso goza más,
mensaje de Tiresias, sino eso quiere gozar.
Del
sujeto histérico no se podría decir : quiere gozar, y, tampoco se podría decir
lo contrario. ¿Qué es lo que quiere entonces? . De lo que precede se desprende
una fórmula. El histérico, que busca insatisfacer al Otro, apunta a un plus de
ser. Se podría decir entonces: una mujer quiere gozar, la histérica quiere ser.
Incluso exige ser, ser algo para el Otro, no un objeto de goce sino un objeto
precioso que sustente el deseo y el amor. Se puede diseñar el cuadro de los
rasgos diferenciales tal como los propone Lacan. Del lado mujer, a la
izquierda, la referencia al goce, es decir a un plus; del lado de la histérica,
a la derecha, un querer ser. Aún hay que completar el cuadro con las
características de la verdad del goce efectivo y precisar ese querer gozar de
la mujer.Se acompaña de un querer hacer gozar. El goce que un hombre tiene de
una mujer la divide, dice Lacan en "El Atolondradicho". Es decir que
el goece del paternaire viene al lugar de la causa del deseo de ella.
Distinguimos claramente los dos registros de la oferta de gozar para el Otro
que hace la mujer- y que difiere de la oferta de desear de la histérica- y, por
otra parte, el goce específico de la mujer. Porque , en efecto, ocurre a menudo
que hay mujeres que no quieren ni hacer gozar- aversión primaria de la
histérica, bien percibida por Freud- ni gozar, pues el goce no es forzosamente
deseable.